Desde el punto de vista de los padres y profesores, es muy importante eso de tener paciencia cuando nos ponemos a ayudar a los peques.
Nadie nace aprendido. Eso significa, que nadie tiene la obligación de conocer de antemano una serie de conocimientos que la sociedad establece como básicos: la cosa no funciona así. Para conocer lo básico (y más allá de lo básico) se requiere un PROCESO. Y en ese proceso, es requisito indispensable el cultivo de la paciencia, ya no solo de cara al alumno, sino también por parte de profesores y padres puesto que si los padres y los profesores, no tenemos paciencia... pues tampoco se puede pretender que los peques la vayan a tener.
Es más, la paciencia de los peques... empieza en nosotros.
Por ejemplo, hoy vino un peque que le costaba bastante restar. Sabemos que restar es una operación sencilla para "la gente mayor", sin embargo, cuando uno es pequeño... no se ve tan fácil. Y en muchos de los casos, incluso puede llegar a ser una pesadilla si el mayor que intenta ayudarlo no tiene paciencia.
Hoy ocurrió que le enseñé el mecanismo para que hiciera las restas: siempre se hace lo mismo, una y otra vez. También me centré en los casos específicos, como cuando el número de arriba es menor que el de abajo... y también qué hay que hacer con los unos que te llevas.
Al ser un mecanismo monótono... cuando el peque lo está repitiendo una y otra vez sin apartar la vista del papel... ocurre un momento en el que el crío "ya no da pie con bola" y la cabeza se puede bloquear. Vemos que su cabeza ha llegado al límite y no hay manera, cuando previamente veíamos que más o menos te seguía o lo hacía mejor. En esos momentos, es muy bueno parar un poco (no demasiado, ojo)... y cultivar la paciencia... por ejemplo, se pueden hacer 4 o 5 respiraciones profundas para relajarse un poco y después, volver a la resta. Pues curiosamente, después de estar maceando una y otra vez sin obtener resultado por parte del crío... ocurre que con esta técnica tan sencilla, muchas veces él solo.... cae "¡ah sí, se hacía así!".
También, en estos momentos... es bueno observarnos a nosotros mismos (padres y profesores) y ver que a veces estamos un poco en tensión: queremos que los peques aprendan rápido y ya. Pues es ahí cuando nosotros... también tenemos que apartar la vista del papel y cultivar con el peque nuestra propia paciencia. Así aprendemos no solo nosotros sino también ellos... para que el día de mañana sean unas personas que ante los problemas... no se rindan... no abandonen... y se tomen su tiempo para encontrar soluciones con una mente más fresca y preparada.
La paciencia es natural...